Humanismo Soka
¿Sabías que los antiguos egipcios veían el cielo como una puerta al equilibrio cósmico? Su fascinación por las estrellas los llevó a construir uno de los observatorios más antiguos conocidos, donde los sacerdotes estudiaban el movimiento de los astros para guiar su vida y religión.
La astronomía cumplió un rol clave en la antigua cultura egipcia quienes buscaban alcanzar el Maat, el equilibrio y la armonía cósmica. Fue así que ellos catalogaron estrellas, hicieron un preciso seguimiento del movimiento solar y lunar, idearon constelaciones y elaboraron un calendario de 365 días, entre otras cosas.
La concepción del universo según la religión egipcia:
Los egipcios explicaban el universo a través de la religión, por lo que el análisis de textos religiosos nos permite comprender cómo concebían al universo.
Dentro de sus relatos religiosos, explican que la creación del mundo se originó en las aguas primordiales (nun) que contenía la esencia vital de la creación y en un momento dado se activó para crearse así mismo y al resto de la creación.
En este sentido, en el antiguo Egipto quien se encargaba de las observaciones del cielo, de seguir a las estrellas y medir el paso de las horas era el sacerdote, el cual se situaba en las terrazas y techos superiores de los templos y palacios y desde allí observaba la bóveda celeste.
Los astrónomos dividían las horas del día y de la noche mediante la observación del cielo y los conocimientos astronómicos eran incluidos en la liturgia religiosa egipcia.
Algunas herramientas importantes para la observación:
La culminación o tránsito de una estrella es cuando alcanza su mayor altura sobre el horizonte coincidiendo con su paso por el meridiano central (es decir, por la línea imaginaria que divide de norte a sur el cielo en dos hemisferios).
Por otro lado, el orto helíaco de una estrella es el momento en que ésta, tras la conjunción es nuevamente visible en el horizonte antes de que la luz del amanecer la haga desaparecer. En estos casos, no se requiere ningún objeto para la observación pues se ven a simple vista.
Justamente, para dar inicio oficial a su calendario, utilizaron el orto helíaco de la estrella Sirio cuando éste coincidió con el primer día de la inundación. El problema es que su año duraba 365 días, faltándoles 6 horas, por lo que la aparición de Sirio sobre el horizonte comenzó a correrse. Esto lo dejaron plasmado y fue de vital ayuda para fechar los distintos reinados y acontecimientos de la historia egipcia.
Sin embargo, para calcular las observaciones estelares o la meridiana o eje norte-sur, se solía utilizar a un segundo astrónomo y en ocasiones utilizan un objeto muy rudimentario llamado bay, que consistía en una hoja de palmera en donde se realizaba una ranura en la parte superior para observar los movimientos de los cuerpos celestes hasta que llegaban a su culminación.
Otros de los instrumentos empleados por los astrónomos, como clepsidras, relojes estelares diagonales, relojes ramésidas o relojes de Sol eran empleados para medir el tiempo, pero no eran instrumentos de observación.
Constelaciones boreales en la tumba de Seti I
Recientemente, un hallazgo fascinante ha revelado el observatorio más antiguo de Egipto, construido hace más de 2,500 años. Ubicado en el templo de Buto, en la actual Tell el-Farain, esta estructura permitía a los sacerdotes observar el movimiento solar y estelar desde un imponente pasillo en forma de 'L', con salas llenas de herramientas astronómicas y figuras de dioses.
Reciente hallazgo cerca de Alejandría
Fue un grupo de arqueólogos dentro del templo de Buto (uno de los nombres con el que se conocía a la diosa cobra Uadyet, protectora del Bajo Egipto) quienes realizaron el hallazgo. El templo está ubicado en la actual ciudad de Tell el-Farain, cerca de Alejandría en la región de El Sheikh.
La construcción de ladrillos de barro fue crucial para el diseño del calendario solar y agrícola, así como las ceremonias y la coronación real, ya que permitía rastrear eventos astronómicos como la posición del sol y las estrellas.
Imágenes del observatorio más antiguo del mundo.
Diseño arquitectónico
El sitio cuenta con un diseño arquitectónico notable: una entrada mirando hacia el este —lugar por donde sale el sol—, y un pasillo central en forma de «L» con columnas y un enorme muro de ladrillos de barro, similar al exterior de los tradicionales templos egipcios.
En el interior se encuentra una sala circular con una plataforma adornada con grabados representando los movimientos solares y cinco habitaciones de ladrillo de barro que fueron utilizados para almacenar herramientas relacionadas con la observación de los astros. A su vez se halló una habitación de piedra con una torre de observatorio.
Imágenes del observatorio con más de 2500 años.
Hallazgos:
Además de la impresionante arquitectura, se encontraron diversos artefactos relacionados con la observación astronómica, que reflejan la sofisticación de los egipcios en el conocimiento del tiempo y el cosmos:
Reloj solar de piedra inclinada: Esta losa de piedra caliza, de casi cinco metros de largo, permitía seguir el movimiento solar a lo largo del día.
Estatuas de granito: Figuras del faraón Psamético I y de un sacerdote, representando su conexión con el universo.
Figuras de dioses: Entre ellas, Osiris (dios del inframundo), Ptah (dios de la construcción) y Bes (dios del matrimonio), sugiriendo que las ceremonias astronómicas eran también una conexión espiritual.
Inscripciones de ciclos estacionales: Grabados en piedra que representan la puesta y salida del sol durante las tres estaciones egipcias: Akhet (inundación), Peret (siembra) y Shemu (cosecha).
Imágenes de los diferentes hallazgos arqueológicos.
Estos descubrimientos permiten ampliar los conocimientos que se tenía sobre la ciencia antigua y sobre las herramientas y técnicas utilizadas por los egipcios para registrar eventos astronómicos.
Este fascinante descubrimiento nos abre una ventana a cómo los antiguos egipcios entendían el universo. ¿Te apasiona la astronomía? ¡No te pierdas el streaming #11 de Tres Mil Mundos con la participación de Estefanía Coluccio, Dra. en Física y Directora del Planetario Galileo Galilei de Buenos Aires para conocer más sobre estos misterios!