Humanismo Soka
Los miembros de la Soka Gakkai de la Argentina, iniciamos el mes de noviembre con el corazón colmado de un profundo sentido de agradecimiento. Además de celebrar el 94º aniversario de la fundación de la Soka Gakkai, el 15 de noviembre se conmemoró el primer año de la partida de nuestro amado maestro, Daisaku Ikeda.
Durante todo el mes se realizaron encuentros para honrar su grandiosa y transcendental vida, en reconocimiento a sus inigualables esfuerzos en pos de la paz del mundo y de la felicidad de cada persona.
El primer encuentro conmemorativo, tuvo lugar el segundo día de noviembre, en el Salón Esperanza Kaneko, del Centro Soka de Mujeres por la Paz. En una sala colmada de miembros, amigos y familiares, todos juntos compartieron una emotiva ceremonia en memoria de los fallecidos.
Para este significativo encuentro se ofrendó en el altar budista una anotación que contenía los nombres de las personas fallecidas durante el último año. Mientras resonaba la entonación del daimoku en el solemne Salón Kaneko, cada uno de los asistentes, con un hondo sentido de agradecimiento, realizó la ofrenda de incienso por la eterna felicidad de sus seres queridos.
Después de compartir unas emotivas palabras alusivas a cargo de la Sra. Mariana Crespín, integrante del Departamento de Estudio, los integrantes de la Orquesta Vanguardia Ikeda, deleitaron con su música a los participantes interpretando las melodías de “Playa de Morigasaki” y de “Jóvenes Escalan la Montaña de la paz”, dando así un maravilloso broche de oro a la ceremonia en memoria de los fallecidos.
Al respecto de la profunda visión del budismo sobre la vida y la muerte, Daisaku Ikeda escribió: “Estamos conectados por los lazos invisibles de la Ley Mística, que circulan de vida a vida. Somos la familia del Buda original; somos eternos compañeros. Más allá de la vida y la muerte, una y otra vez nos volvemos a reunir en el jardín de la misión y reanudamos la relación que veníamos manteniendo unos con otros. La vida despierta esperanza, y la muerte también. ¡La nuestra es una brillante travesía de la vida a lo largo de toda la eternidad!”[2]
[1] Véase Sutra del loto, Tokio: Soka Gakkai, 2014, cap. 7, pág. 140.
[2] Ikeda, Daisaku: Aprendamos del Gosho, Buenos Aires: Azul Índigo, vol. 1, pág. 135.