Semanas atrás, un portal de noticias publicó una nota sobre Valentino, integrante del Departamento Juvenil y arquero profesional del Club Atlético Claypole donde comparte sobre la práctica budista y las actividades de la SGIAR.

Fue a partir del reel publicado en el instagram de @sokaargentina que se volvió viral y atrajo la atención de los medios locales.

En diálogo con este medio, el joven deportista contó sobre la relación entre el deporte y el budismo, y el impacto positivo que puede tener en la vida de las personas, tanto en lo personal como en lo profesional.

Valentino vive en José Mármol, partido de Almirante Brown, ubicado en la zona sur de la provincia de Buenos Aires. Todos los días entona Nam-myoho-renge-kyo antes de ir a entrenar con la reserva de Claypole, equipo con el que salió campeón invicto en 2023. 

«Arranqué con el fútbol desde muy chico, a los 4 años, mis viejos siempre me incentivaron a jugar a la pelota y a mí nunca me gustó patear sino que siempre me mandé al arco y ahí quedé, me encanta», cuenta Valentino.

Luego de hacer una prueba cuando tenía 12 años, entró a la novena de Claypole y fué subiendo de categoría. Tuvo un paso de dos años por el Club Talleres de Escalada y nuevamente volvió al club el año pasado, donde afirmó que «se siente como en su casa».

Algunas semanas atrás, Valentino sorprendió a muchas personas al hablar sobre su creencia religiosa a través de la redes sociales, inclusive a sus propios compañeros de equipo.

«Muchos de mis compañeros no sabían que yo practicaba el budismo y obviamente hubo gastadas, me empezaron a decir Buda, pero también muchos me preguntaron interesados», contó Valen con una sonrisa.

El joven arquero conoció la práctica a través de sus padres, que son miembros de la Soka Gakkai hace muchos años. Actualmente, Valen realiza la práctica budista diariamente, y aprovecha los viajes a los entrenamientos y los partidos para leer los libros de Daisaku Ikeda que siempre lleva en la mochila, despertando la curiosidad de sus compañeros.

Sobre cómo impacta la práctica en su vida, explicó: «Yo lo aplico en el día a día constantemente. Un poco creo que con mi temperamento, como soy un poco calentón o temperamental, sin el budismo no podría atajar». Y agregó: «Cada gol que me meten o un día que me va mal lo veo como parte del proceso y me ayuda mucho a lidiar con el sufrimiento. [...] Se me ha educado de una forma en la que entiendo que un compañero rinde mejor cuando lo alentamos. A veces uno es muy crítico con los demás y hay que fijarse en el corazón de uno y desde ahí alentar al resto».

Luego expresó que «el budismo es un estilo de vida»  que le ayuda a perfeccionar su actitud en todos los ámbitos de la vida y del deporte. A partir de entonar Nam-myoho-renge-kyo todas las mañanas, tardes y noches enfoca sus objetivos y renueva su determinación para seguir desafiándose.

En este sentido, aclaró: «La práctica budista uno la sostiene a partir de los objetivos que se propone y cómo los va cumpilendo, sino no hay incentivo a practicar». 

Y finalmente, el arquero de 18 años concluyó: 

«Ahora mi sueño es hacerme un lugar en el plantel de primera y alentar a todo el mundo con la práctica budista. Pienso que por qué no ser yo la persona que, a través del cambio de mi propio corazón, pueda cambiar el corazón del fútbol mundial».

Mirá reel de Soka Argentina: https://www.instagram.com/p/DATr_eWu4U0/ 

¿Querés conocer más sobre la práctica budista? Para conocer más entrá al siguiente link: https://www.youtube.com/watch?v=2uIknwVmD8E&t=4s&ab_channel=SokaArgentina