Humanismo Soka
El futuro de una sociedad irradia luz cuando sus jóvenes arden de pasión y de entusiasmo, y aspiran a nobles ideales. Los jóvenes son los que modelan la época. Hoy, más que nunca, el mundo anhela una alianza de jóvenes valientes que se pongan de pie por un propósito sublime, ya que son la esperanza del mañana. Este mes estudiaremos un escrito del Daishonin titulado El Portal del Dragón1, dirigido a un joven discípulo, para profundizar el hondo significado de la transmisión trascendental de vida a vida: el juramento de mentor y sucesor.
Fondo de escena
El Portal del Dragón es el título de una carta que el Daishonin escribió el 6 de noviembre de 1279, a sus cincuenta y ocho años, dirigida a su discípulo Nanjo Tokimitsu, un joven de veintiún años que se puso de pie valientemente para enfrentar la severa opresión orquestada por las autoridades contra los seguidores del Daishonin durante la persecución de Atsuhara.2 Tokimitsu protegió con bravura a sus compañeros de fe, y albergó en su propia vivienda a varios de ellos. Era un joven sucesor que había comenzado a practicar el budismo del Daishonin de niño. Durante toda su vida, trabajó sin descanso para propagar la Ley Mística. Este es un escrito en el cual Nichiren Daishonin elogia el esfuerzo abnegado de sus sucesores y enseña que en la postura de perseverar en la fe, con sinceridad y convicción, palpita el gran juramento o compromiso compartido de maestro y discípulo.
¿A qué se refiere la analogía de la cascada conocida como el Portal del dragón?
El Portal del Dragón es una cascada legendaria de la antigua China. Se creía que las carpas que lograban treparla se convertían en dragones, pero la historia afirma que la fuerza de la corriente era tan intensa que casi ninguna de ellas conseguía remontarla de abajo arriba y llegar a la cima, ni siquiera a fuerza de numerosos intentos. Sumada a esta dificultad, estaba la presencia de aves rapaces y de pescadores situados a ambas orillas de la desembocadura, listos para capturar los peces. Solo una carpa capaz de superar tantos impedimentos y llegar hasta arriba podía convertirse en un dragón con el poder de controlar las lluvias, los truenos y las tormentas. En muchos países de Oriente, hasta el día de hoy, se emplea la frase «escalar el Portal del Dragón» como sinónimo de la lucha contra los obstáculos o de superar grandes barreras para llegar al éxito en la sociedad o en la profesión.
En esta carta, el Daishonin le explica a Tokimitsu que mantener la práctica budista en forma constante y correcta, hasta el final, es una empresa sembrada de tantas dificultades como las que enfrentan las carpas en su afán de escalar el Portal del Dragón y llegar a ser dragones. Recalca que lograr la Budeidad implica superar muchos obstáculos y situaciones extremas, como nadar río arriba contra una poderosa afluente.
Las fuertes corrientes con que se precipita el agua, que arrastran a los peces hacia abajo, pueden compararse con las condiciones de vivir en una época compleja, como describe el Sutra del loto, mientras que las aves de presa y los pescadores pueden asemejarse a los obstáculos e impedimentos que obstruyen nuestro avance hacia el logro de la Budeidad.
Precisamente porque es tan difícil mantener la fe en la Ley Mística en una época así, los lazos de maestro y discípulo adquieren una importancia decisiva en el budismo. Sus seguidores se encontraban afrontando una persecución intensa y corrían peligro de perder la vida a manos de las autoridades gobernantes, por ello el Daishonin enseña a Tokimitsu la actitud intrépida en la fe de enfrentar valientemente las dificultades en nuestra causa por la paz y la felicidad humana. En sus palabras, vemos la profunda confianza y las enormes aspiraciones que tenía en este joven discípulo.
Cuando decidimos seguir el camino elegido, sin falta surgirán fuerzas que opondrán resistencia, pero las dificultades y los obstáculos son un trampolín que nos proyecta hacia nuestro crecimiento personal. La práctica de entonar Nam-myoho-renge-kyo nos permite transformar la adversidad en la energía irrefrenable de seguir avanzando sin dejarnos derrotar, a la vez que infundimos coraje y esperanza a quienes nos rodean.
Hacer un gran juramento nos permite superar todas las dificultades
En esta misma carta, el Daishonin proclama: «Mi deseo es que todos mis discípulos puedan hacer un gran juramento».3 Ese «gran juramento» es el mismo del Buda, en última instancia, se refiere a la propagación del Sutra del loto3, al logro del kosen-rufu.
En su propio ejemplar de los escritos del Daishonin, el primer presidente de la Soka Gakkai, Tsunesaburo Makiguchi, subrayó con doble trazo el pasaje «Aquí haré un gran juramento»4, y escribió dichas palabras en el margen con letra de gran tamaño. El «gran juramento» del kosen-rufu yace en seguir dialogando con la persona que tenemos ante nosotros y transmitir con el corazón la grandeza de la Ley Mística, que es la clave de la genuina felicidad. Esta labor solo puede hacerse realidad mediante el persistente desafío de participar en la sociedad y emprender cuanto sea necesario para inspirar y alentar a todas las personas que conocemos, sin dejar rincón donde no llegue nuestro aliento. Por eso, los maestros Makiguchi y Toda daban tanta importancia al diálogo personal y a las reuniones de diálogo.
Los seres humanos poseen en su corazón una infinita grandeza, esto significa creer en el ilimitado potencial de cada persona y tener la certeza de que cada individuo es capaz de transformar incluso el escenario más adverso en valor. A través de entonar Nam-myoho-renge-kyo con determinación, podemos abrir rutas de triunfo hacia un brillante porvenir. El solo hecho de aceptar un desafío ya es una victoria, ya que no hay obstáculo que los jóvenes dedicados a un noble juramento no puedan superar. Quienes se mantienen fieles a sus convicciones y basan sus acciones en el daimoku son verdaderos campeones.
Conclusión
La Soka Gakkai basada en el profundo lazo de maestro y discípulo, posee la fortaleza necesaria para resistir cualquier adversidad. Y sus miembros -nobles personas comunes que avanzan en la práctica de la fe con el mismo compromiso de su mentor- mantienen una alianza de sólida unión. Asimismo, como magníficos dragones nacidos del ascenso triunfal de la cascada, viven con profunda dignidad y confianza, conquistadas a partir del continuo desafío personal en la fe, en pos de su superación personal.
En verdad, tal como afirma el Daishonin cuando expresa «lo importante es el corazón»5, la postura interior o corazón que surgen de hacer el «gran juramento» mencionado en esta carta es la que nos permite vivir una existencia triunfal, dedicada a la paz y la justicia, superando cualquier dificultad.
El Daishonin nos exhorta a buscar activamente esta forma de vivir, y escalar con bravura el Portal del Dragón de la fe como sucesores del kosen-rufu, para lograr la Budeidad sin falta. Como practicantes de la Ley Mística, este es el significado de «vivir basados en un gran juramento».
CITAS
1 Ikeda, Daisaku: Aprendamos del Gosho - Las enseñanzas para lograr la victoria, vol. 2, Buenos Aires: Azul Índigo.
2 Persecución de Atsuhara: Serie de intimidaciones y actos de violencia dirigidos contra los creyentes de Nichiren Daishonin en la aldea de Atsuhara, distrito Fuji, iniciada en 1275 y sostenida hasta mediados de 1283. Uno de los hechos salientes de este período fue el arresto de veinte campesinos seguidores de Nichiren Daishonin, mediante el pretexto de una acusación fraguada, el 21 de septiembre de 1279. Los prisioneros fueron llevados a Kamakura para su juicio. Allí, el jefe interino de Asuntos Policiales y Militares, Hei no Saemon, utilizó apremios ilegales para obligarlos a abandonar su fe. Los creyentes rehusaron y tres de ellos, a raíz de su resistencia, fueron decapitados.
3 The Record of the Orally Transmitted Teachings (Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente), traducido por Burton Watson, Tokio: Soka Gakkai, 1996, pág. 82.
4 Los escritos de Nichiren Daishonin, pág. 297.
5 Ib. 231
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