Humanismo Soka
FONDO DE ESCENA
Esta carta fue escrita durante las horas más críticas de la persecución de Atsuhara.[1] Tal como profundizamos en la entrega anterior, Nanjo Tokimitsu, aun exponiéndose a un terrible riesgo personal se dedicó con todo su ser a proteger a sus compañeros creyentes. El Daishonin se refiere a Tokimitsu con el título «Ueno el sabio» [debido a la aldea que éste administraba] como alabanza a su lucha inquebrantable por la justicia frente a un sinfín de obstáculos. Si bien estaba dirigida a Tokimitsu, fue enviada en representación de todos los seguidores de Atsuhara que habían hecho surgir una fe poderosa en medio de terribles dificultades. En este sentido, la misma elogia el esfuerzo abnegado de sus sucesores y les transmite que en cada uno de ellos palpita el gran juramento de inseparabilidad de maestro y discípulo. Al mismo tiempo, les explica que esta fe indómita es la causa de una felicidad indestructible.
La importancia de vivir con espíritu juvenil
El Portal del Dragón constituye una fervorosa declaración que el Daishonin envió a Nanjo Tokimitsu, quien por entonces era un joven de tan solo veintiún años.
En una disertación sobre este escrito, el maestro Ikeda reflexiona: «Hoy, más que nunca, la época reclama una alianza de jóvenes valientes que se pongan de pie por los principios sublimes. Los jóvenes son la esperanza del mañana. El futuro de una sociedad irradia luz cuando sus jóvenes arden de pasión y de entusiasmo, y acarician nobles ideales. Los jóvenes son los que modelan la época. Por eso, nuestra misión y nuestra responsabilidad como budistas es forjar jóvenes que sean capaces de asumir dicha labor».[2]
El tema principal del Sutra del loto nos muestra al buda Shakyamuni transmitiendo la Ley a sus verdaderos sucesores, y confiándoles la misión de propagarla ampliamente después de su muerte. De manera similar, en el Gosho vemos a Nichiren Daishonin orando incesantemente por surgimiento de personas capaces «de heredar el espíritu del Sutra del loto»,[3] y ansiando de todo corazón la salud, la victoria, la seguridad y la longevidad de sus seguidores, así como su éxito y su crecimiento. En sus cartas abundan palabras de cálido aliento y sabiduría destinadas a los discípulos que lo sucederán. Como estudiamos en la entrega anterior, la historia de la Soka Gakkai también es testimonio de ese esfuerzo mancomunado de los mentores y los sucesores, unidos por el compromiso compartido con la felicidad de las personas.
En la citada disertación, el maestro Ikeda enfatiza que la juventud no es meramente una cuestión de edad: «Por nuestra parte, es menester que conservemos siempre un espíritu juvenil y que luchemos junto a los jóvenes; necesitamos nutrir a la juventud y legarle el futuro con total convicción. Los que trabajan siempre codo a codo con los jóvenes para hacer realidad nobles metas en común son personas triunfadoras, dueñas de un espíritu sublime».[4]
Esta es la convicción que palpita en la labor de la Soka Gakkai para asegurar una corriente continua e incesante de jóvenes sucesores, que puedan percibir con claridad los desafíos y las aflicciones de la sociedad, y ser pioneros de una nueva época. Aquí yace la clave para lograr la noble tarea del kosen-rufu.
¿Qué significa desde el punto de vista de nuestra vida cotidiana vivir basados en un juramento?
La filosofía humanística del budismo de Nichiren que practican los miembros de la SGI, consiste en vivir con una clara conciencia de propósito, que bien podría enunciarse como la dedicación a cumplir un profundo juramento. Considerando el entorno inmediato como el escenario donde cada uno debe cumplir su misión en la vida, aun en presencia de dificultades, y a escribir una historia personal que de origen a una esperanza duradera.
Para romper los grilletes de la negación, la impotencia y la apatía, nada es tan necesario como una profunda conciencia de la misión, y un juramento personal que se traduzca en acciones comprometidas. En su autobiografía, Nelson Mandela expresó: «Los seres humanos, en mi opinión, no son capaces de no hacer nada, de no decir nada, de no reaccionar ante la injusticia, de no protestar contra la opresión, de no luchar por una sociedad y una vida justas, tal y como ellos las entienden».[5]
Un juramento no es una promesa que se olvida o se abandona cuando las condiciones se vuelven difíciles. Antes bien, es prueba de que estamos viviendo de manera significativa; es un noble propósito que pone en juego todo nuestro ser y se mantiene aun ante los mayores obstáculos o tribulaciones, por arduo que resulte el desafío.
El segundo presidente de la Soka Gakkai, Josei Toda, expresó: «Por enormes que sean las dificultades que surjan, yo jamás abandonaré el gran juramento del kosen-rufu. […] Haré lo que deba hacer; es decir, esforzarme por salvar a los pobres, a los enfermos y a los que están sufriendo. Con ese propósito, seguiré empleando la palabra con todas mis fuerzas».[6]
Para los miembros de la Soka Gakkai el esfuerzo por cumplir ese juramento nos permite desplegar nuestra fortaleza interior y crear valor positivo incluso en las circunstancias más difíciles. Esta forma de vivir también significa ponernos al lado de aquellos que sufren, procurando la felicidad propia y ajena en un contexto de aliento y apoyo mutuos.
CONCLUSIÓN
En su mensaje alusivo al 18 de noviembre de 2023, en conmemoración de la fundación de la Soka Gakkai, el maestro Ikeda expresó: «Nichiren Daishonin señala: “Mi deseo es que todos mis discípulos puedan hacer un gran juramento”. Hoy, el mundo se enfrenta a grandes desafíos. Justamente por eso, ¡entonémos un potente daimoku como el rugido del león, mientras nos consagramos a cumplir juntos y con renovada decisión, el gran juramento del kosen-rufu! Asimismo, ¡prosigamos avanzando con los jóvenes a la vanguardia, llevando en nuestro corazón el vigoroso espíritu juvenil de los Bodisatvas de la Tierra para armarnos de coraje y expandir la red solidaria de paz y esperanza!»[7]
[1] Persecución de Atsuhara: Serie de intimidaciones y actos de violencia dirigidos contra los creyentes de Nichiren Daishonin en la aldea de Atsuhara, distrito Fuji, iniciada en 1275 y sostenida hasta mediados de 1283. El 21 de septiembre de 1279, ocurrió el arresto de veinte campesinos discípulos de Nichiren Daishonin, mediante el pretexto de una acusación fraguada. Los prisioneros fueron presionados a abandonar su fe, sin embargo se rehusaron valientemente y tres de ellos, a raíz de su resistencia, fueron decapitados.
[2] IKEDA, Daisaku: Traducción de la edición de marzo de 2008 del Daibyakurenge, revista mensual de estudio de la Soka Gakkai.
[3] END, pág. 880.
[4] IKEDA, Daisaku: Traducción de la edición de marzo de 2008 del Daibyakurenge, revista mensual de estudio de la Soka Gakkai.
[5] MANDELA, Nelson: El largo camino hacia la libertad, La autobiografía de Nelson Mandela, Madrid: Ed. Aguilar S.A., 1995, págs. 341-342.
[6] Toda, Josei: Toda Josei Zenshu (Obras completas de Josei Toda), Tokio: Seikyo Shimbunsha, 1989, vol. 4, págs. 61-62.
[7] Revista Humanismo Soka, diciembre 2023, pág. 4.