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14 de febrero: Día del Kosen-rufu de la Argentina

14 de febrero: Día del Kosen-rufu de la Argentina

14 de febrero: Día del Kosen-rufu de la Argentina

Humanismo Soka

viernes, 14 de febrero de 2025

viernes, 14 de febrero de 2025

¡Muy feliz 14 de febrero, Día del Kosen-rufu de la Argentina! En esta fecha conmemoramos la llegada del maestro Daisaku Ikeda a nuestro país, en su única visita realizada en el año 1993. La misma significó un gran punto de partida para el despliegue del movimiento de la SGIAR en sus esfuerzos por expandir los valores de la paz, la cultura y la educación en todo el territorio nacional. Abrigando el deseo de hacer realidad los sueños del mentor, los discípulos decidieron hacer de la Argentina un verdadero «faro del mundo». ¡Hoy renovamos esta profunda decisión y tomamos un refrescante impulso juntos!

¡Muy feliz 14 de febrero, Día del Kosen-rufu de la Argentina! En esta fecha conmemoramos la llegada del maestro Daisaku Ikeda a nuestro país, en su única visita realizada en el año 1993. La misma significó un gran punto de partida para el despliegue del movimiento de la SGIAR en sus esfuerzos por expandir los valores de la paz, la cultura y la educación en todo el territorio nacional. Abrigando el deseo de hacer realidad los sueños del mentor, los discípulos decidieron hacer de la Argentina un verdadero «faro del mundo». ¡Hoy renovamos esta profunda decisión y tomamos un refrescante impulso juntos!

¡Muy feliz 14 de febrero, Día del Kosen-rufu de la Argentina! En esta fecha conmemoramos la llegada del maestro Daisaku Ikeda a nuestro país, en su única visita realizada en el año 1993. La misma significó un gran punto de partida para el despliegue del movimiento de la SGIAR en sus esfuerzos por expandir los valores de la paz, la cultura y la educación en todo el territorio nacional. Abrigando el deseo de hacer realidad los sueños del mentor, los discípulos decidieron hacer de la Argentina un verdadero «faro del mundo». ¡Hoy renovamos esta profunda decisión y tomamos un refrescante impulso juntos!

En 1990 el maestro Ikeda estaba por visitar la Argentina, pero, en ese momento, motivos de salud le impidieron realizar el viaje. Fue allí cuando dedicó a los miembros de la SGIAR el extenso y atesorado poema La maravillosa melodía danza en el siglo, en el cual se lee:

¡Argentina de mis sueños!

Cuántas veces soñé

estar en esa maravillosa tierra, [...]

y poder un día 

contemplar en el firmamento 

las estrellas  innumerables

como el infinito ideal de la paz del mundo. [1]



Aunque aquel año no pudo realizar la visita tan anhelada, la misma se concretó aquel febrero del ‘93. Expresando sus inmensas expectativas hacia el desarrollo de cada uno de los miembros de la SGIAR, durante una reunión realizada el 15 de febrero, pronunció un discurso que quedó grabado en la historia del kosen-rufu de la Argentina. A continuación, compartimos un fragmento:

«Con orgullo, convicción y coraje, ustedes están compartiendo con los demás el honor y la alegría que les brinda la fe. Como una brisa fresca que sopla sobre la pampa anchurosa, este diálogo de convicción entusiasta no puede sino abrir el corazón de incontables amigos. El creciente círculo de comprensión y solidaridad hacia la SGI que hoy vemos extenderse en la sociedad argentina es una victoria que se logró gracias a sus esfuerzos por entablar el diálogo de persona a persona entre ciudadanos comunes. A la vez, es sumamente alentador ver el gran desarrollo que ha logrado el Departamento de Jóvenes. Los sucesores juveniles están participando con todo vigor en los preparativos del Festival Cultural. Y las reuniones de estudio que han venido realizando los departamentos de adultos, centradas en el movimiento de los jóvenes, son una expresión realmente noble de su espíritu de búsqueda. El futuro del kosen-rufu de la Argentina se extiende ilimitadamente ante ustedes, como el grandioso Río de la Plata. 

Espero que los miembros de la Argentina sean magnánimos y brillantes como el Sol, y que de ustedes irradie la luz resplandeciente de la esperanza, sobre esta tierra y sobre toda la humanidad». [2]

Si nos remontamos a aquella semana, podemos pensar que fue aparentemente corta, dado a que se trató de una visita de solo siete días. Sin embargo, fue tan profunda la decisión del maestro Ikeda de sembrar maravillosas semillas que brotaran magníficamente, que cada uno de esos momentos de aquella visita marcaron un punto de inflexión en la realización del sueño del kosen-rufu a través de la expansión de los valores abrazados por la SGI.

Podemos preguntarnos: ¿cómo fue aquella travesía emprendida por el maestro Ikeda junto a los miembros de la SGIAR? En su novela La nueva revolución humana, en el último capítulo del último volumen (capítulo Juramento, del volumen 30 parte II), Ikeda, bajo el seudónimo de Shin’ichi Yamamoto, relata cada una de las actividades realizadas en aquel viaje. Compartimos algunos fragmentos:

El histórico viaje de Shin’ichi Yamamoto

«El 14 de febrero, Shin’ichi Yamamoto partió de Río de Janeiro para visitar por primera vez la Argentina. [...]

El 15 de febrero, el día posterior a su llegada a Buenos Aires, capital de la Argentina, Shin’ichi se encontró con Alberto Kohan, ex secretario general de la Presidencia de la Nación, en el hotel donde se alojaba, y más tarde participó en una reunión con representantes de la SGIAR (Soka Gakkai Internacional de la Argentina) realizada en la misma ciudad. 

Entre los presentes, había jóvenes llenos de energía con rostros bronceados por el sol. Ellos estaban haciendo los preparativos para el 11.° Festival Cultural de la SGI de los Jóvenes por la Paz del Mundo que se llevaría a cabo el 18 de febrero. 

El Departamento Juvenil de la Argentina también estaba mostrando un espléndido desarrollo, crecimiento que abriría incontables caminos del kosen-rufu en el futuro.

Era la noche del 15 de febrero en la Argentina, pero en Japón ya era el 16 de febrero, natalicio de Nichiren Daishonin. Volcando toda su energía, Shin’ichi se dirigió a los miembros: «Cuando el sol se eleva en el cielo del Levante, sus rayos iluminan nuestro planeta. De la misma manera, el budismo del sol del Daishonin que nació en Japón alumbrará la vida de todas las personas del mundo con la luz compasiva de la Ley Mística. Las actividades que ustedes están desarrollando aquí en la Argentina demuestran cabalmente la naturaleza universal del budismo Nichiren».

El 16 de febrero al mediodía, Shin’ichi Yamamoto se encontró con el presidente en la residencia presidencial, en las afueras de Buenos Aires. 

Durante la conversación, Shin’ichi destacó la importancia de hacer que el siglo XXI sea una centuria de integración humana, una era en que florezca la cultura global. Y manifestó sus grandes expectativas de que la Argentina contribuyera al logro de dichos objetivos mediante el espíritu cosmopolita que palpita en su país donde conviven las más diferentes culturas y etnias. 

En la programación de este viaje a Sudamérica continuaban sin cesar los eventos oficiales y las reuniones con las figuras destacadas de cada nación. Quienes hicieron un estupendo trabajo oficiando de intérpretes y traductores fueron jóvenes que habían crecido en la Argentina. [...]

La semilla del juramento que se deposita en el corazón de un joven, con el tiempo echa raíces y crece hasta convertirse en un «árbol de misión» que se alza hacia el firmamento. 

En la noche del 16 de febrero, Shin’ichi visitó el Senado y la Cámara de Diputados de la Nación Argentina. [...] El Senado confirió a Shin’ichi un reconocimiento por su incansable labor en la búsqueda de la paz. Asimismo, la Cámara de Diputados le hizo entrega de un diploma por sus actividades en pro de la paz de los pueblos del mundo.

Incluso en este país situado en las antípodas del Japón, había personas que prestaban atención a sus palabras y estaban pendientes de sus acciones. Esto se debía también al esfuerzo tenaz de los miembros de la SGI de la Argentina que habían entablado sinceros diálogos y se habían merecido la confianza de la gente.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              Shin’ichi quería agradecerles de todo corazón estas maravillosas contribuciones y compartir con ellos estas distinciones. [...]

Al día siguiente, el 17 de febrero, Shin’ichi participó en una ceremonia en la que fue distinguido con los títulos de doctor honoris causa y de profesor honorario en Derecho de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. En dicha ocasión, la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires declaró «de interés provincial» la visita de Shin’ichi, y diez ciudades de la Provincia hicieron entrega de las llaves y las placas de sus municipios. 

En la noche del 18 de febrero, mil quinientos miembros del Departamento de Jóvenes participaron con entusiasmo en el festival cultural realizado en el Teatro Coliseo, en Buenos Aires. 

El escenario había sido dispuesto como si fuera un avión. El festival representaba el despegue de la Argentina hacia el inmenso cielo de la paz del mundo y del género humano. [...]

El clímax del evento fue el número musical conjunto de dos grandes maestros del tango argentino: Osvaldo Pugliese y Mariano Mores. 

Todos los asistentes quedaron cautivados, incapaces de creer lo que estaban presenciando: un acontecimiento que bien podría llamarse el «evento del siglo», un «sueño hecho realidad». Fue una ocasión muy especial ya que después de la última presentación del señor Pugliese en noviembre de 1989, en la que puso fin a sus siete décadas de carrera como pianista y compositor, se había comentado que nunca más saldría al escenario. 

Shin’ichi estaba profundamente agradecido por el gesto de consideración de estos destacados artistas. [...]

La amistad fomenta la unión de las personas. Hablar de «amistad» es hablar de «paz». 

Osvaldo Pugliese y Mariano Mores, dos gigantes del tango argentino, encantaron a los espectadores con su increíble actuación conjunta. 


Mariano Mores y Osvaldo Pugliese compartieron escenario en el Teatro Coliseo con motivo del Festival Cultural organizado por la SGIAR en febrero de 1993.


Profundamente conmovido, Shin’ichi aplaudió con entusiasmo al final de cada una de las interpretaciones expresando sus felicitaciones y aliento. Asimismo, compuso un poema para conmemorar la actividad: 

Cielo y tierra se regocijan

ante la celebración del 

Festival Cultural de los Jóvenes de la SGI; 

las deidades celestiales de la Argentina 

danzan de dicha y júbilo.

Al día siguiente, el 19 de febrero por la tarde, se llevó a cabo la primera reunión general de la SGI de la Argentina en un local situado en las afueras de Buenos Aires. Asistieron alrededor de dos mil quinientos miembros provenientes de todo el territorio argentino, así como representantes de tres naciones de América Latina y de España. 

Durante el encuentro, la Universidad Nacional de Córdoba, la casa de estudios superiores más antigua del país, le confirió a Shin’ichi un doctorado honorario. 


Entrega del Doctor Honoris Causa por parte de la Universidad Nacional de Córdoba en el salón Tattersall.


Antes y después del encuentro, Shin’ichi posó junto a la comisión organizadora y a los diversos grupos para tomarse fotografías con ellos y les brindó aliento. Los niños y jóvenes con quienes se encontró durante aquellas jornadas, con el tiempo se convertirían en los grandes líderes de ese país en el siglo XXI.

El aliento es la fuerza que impulsa el desarrollo». [3]


El maestro Ikeda junto a integrantes de Mirai Hombu durante su viaje a la Argentina.


La historia de una fotografía

El maestro Ikeda, quien fue un aficionado de la fotografía siempre dispuesto a eternizar la belleza del instante a través de su cámara, tomó algunas fotos desde el automóvil que recorría las calles de Buenos Aires. Una de ellas fue a un monumento. En un ensayo que escribió años después, contó la historia del mismo de la siguiente manera:

«Durante mi estadía, paseé por las calles de la ciudad de Buenos Aires, a menudo celebrada como la «París de Sudamérica». Allí, los parques y rascacielos conviven en armonía; bajo el cálido sol latinoamericano, resplandece un sinfín de refinados detalles de la cultura europea.


Fotografía tomada por Daisaku Ikeda en febrero de 1993.


Bajo el límpido cielo azul, se erguía imponente el monumento al estadista argentino Carlos María de Alvear (1789-1852): una magnífica estatua ecuestre del general con cuatro figuras que adornan la base, alegóricas de la fortaleza, la victoria, la libertad y la elocuencia.

Se trata de una obra escultórica del gran artista francés Antoine Bourdelle (1861-1929). ¿Cómo fue que un exponente del arte galo se ocupó de hacer las esculturas de un monumento histórico argentino? Por una amistad que trascendió las fronteras nacionales.

Bourdelle aceptó este encargo de enormes proporciones por invitación de un pintor argentino, amigo suyo. Consumar la tarea le llevó más de diez años e incontables maquetas. 

Con esa hermosa historia de amistad en la mente, tomé una fotografía de la obra». [4]

En aquel mismo ensayo, también cuenta una anécdota de un intercambio que en una ocasión mantuvo con estudiantes de escuela primaria de la Argentina:

«Los corazones pueden comunicarse atravesando cualquier distancia; las personas pueden crear lazos fraternos cualquiera sea su edad o circunstancia. Así de inmenso es el poder de la amistad.

Tengo amigos entrañables en todo el mundo, a quienes me unen vínculos como estos.

Hace unos veinte años, entablé amistad con un grupo de estudiantes primarios de la Argentina, un país sudamericano situado en las antípodas del Japón, mi tierra natal. Habían leído en clase algunos de mis libros para niños, y decidieron enviarme un cuestionario de preguntas pertinentes, directas y sinceras. Por ejemplo, querían saber: «¿Qué considera usted lo más importante?».

Les respondí con franqueza: «La amistad. He aprendido que todo se reduce a eso. La amistad es un tesoro. Y es una causa de felicidad. Es como una corona de flores que adorna nuestra vida. Cuanto más se expanden y profundizan nuestras amistades, más amplia y profunda se vuelve nuestra vida. La amistad duplica nuestras dichas y reduce a la mitad nuestras amarguras». [5]

El modelo a seguir del mundo entero

En los últimos años, el maestro Ikeda constantemente enfatizó la inmensa confianza que depositaba en los integrantes del Departamento Juvenil de la Argentina. En el 2018, les dedicó el lema:

«¡Jóvenes de la Argentina,

conviértanse en la montaña

del triunfo de maestro y discípulo

número uno del mundo!»


Lema inscrito en el Centro Cultural de los Jóvenes Maestro Daisaku Ikeda.


A su vez, en el marco de la Cumbre Soka del año 2023, celebrada en el Movistar Arena, el maestro Ikeda envió un mensaje en el que recalcaba las grandiosas expectativas que depositaba en los jóvenes, instándolos a convertirse en el «modelo a seguir del mundo entero».


Cumbre Soka 2023 en el Movistar Arena.


Este 14 de febrero, Día del kosen-rufu de nuestro país, renovamos nuestra convicción de crear juntos una grandiosa era de paz, con los jóvenes a la vanguardia, tomando la posta de aquel sueño de una Argentina en la que todos podamos contemplar y construir aquel legado del «infinito ideal de la paz del mundo».



CITAS

[1] IKEDA, Daisaku: La maravillosa melodía danza en el siglo: poema enviado a la SGIAR, 2 de marzo de 1990.

[2] IKEDA, Daisaku: El poder de la determinación define el rumbo de nuestra vida (discurso pronunciado por el maestro Ikeda durante la reunión de responsables de la SGIAR realizada en Buenos Aires el 15 de febrero de 1993): Buenos Aires, Argentina Seikyo.

[3] IKEDA Daisaku: La nueva revolución humana: Buenos Aires, Azúl Índigo, 2018: vol. 30, cap. «Juramento».

[4] IKEDA, Daisaku: ¡Extiendan sus alas al porvenir!: Traducción del artículo publicado en la edición del 1.o de setiembre de 2016 del boletín Mirai [Futuro], publicación mensual de la División de Estudiantes de Enseñanza Media Básica y Superior de la Soka Gakkai.

[5] Ib.

© Humanismo Soka - 2024

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