Las dunas de los desiertos y las profundidades de los océanos comparten un elemento en común: ambos esconden animales bioluminiscentes. A pesar de que ambos ecosistemas distan bastante de compartir condiciones ambientales parecidas, es una realidad que dan hogar a mamíferos, lagartijas y criaturas microscópicas que emiten su propia luz.

Ya sea como mecanismo de defensa, elemento de comunicación con sus pares, estrategia de distracción para sus depredadores o como parte de su rito de apareamiento, estos animales tienen la capacidad de teñirse de distintos tonos en la oscuridad.

Medusa arco iris

Foto: Nationalgeographic

A diferencia de otras especies similares, la Medusa arco iris tiene la capacidad de irradiar toda la gama de colores en su potencia bioluminiscente.

Mide aproximadamente 13 centímetros y el 95% de su materia es agua. A pesar de su impresionante capacidad lumínica, es un animal muy frágil: basta el roce de una red de pesca común para destruirlas por completo. Diferentes investigaciones llegaron a la conclusión de que emite luz únicamente cuando se siente en peligro.

Plancton

Foto: Nationalgeographic

El plancton es un conjunto de organismos que flotan y derivan en suspensión en aguas dulces o saladas. El término «plancton» proviene del griego que significa «a la deriva» o «errante».

En este caso, la luz emitida funciona como mecanismo de defensa. Cuando entra en contacto con agua en movimiento, considera que está siendo atacado por alguna especie más grande. Por esta razón, emite un destello para confundir a su depredador.

Luciérnagas

Foto: Nationalgeographic

En estos animales, la bioluminiscencia está ligada enteramente al cortejo y encontrar pareja para reproducirse. Los machos vuelan emitiendo una luz intermitente que es captada por las hembras que se encuentran en el suelo, que responden a su vez emitiendo luz para que los machos se acerquen.

¿Cómo es que pueden producir luz?

En el caso de las luciérnagas, por ejemplo, tienen órganos lumínicos especiales situados bajo el abdomen. Cuando absorben oxígeno, este se combina dentro de las células con una sustancia llamada luciferina y reacciona produciendo luz sin apenas generar calor.

En un reciente experimento, científicos comenzaron a modificar el genoma de estos insectos para ver qué efecto tenía desactivar o anular determinados genes. Descubrieron que durante la etapa de larva, la luciérnaga activa dos genes especiales llamados Abd-B y AlUnc-4, que hacen que la linterna adulta se desarrolle en la posición adecuada dentro del abdomen.

A medida que se acerca el verano y el calor, las luciérnagas colman el cielo nocturno en un espectáculo de bioluminiscencia de otro mundo, emitiendo tonos eléctricos de verde, amarillo, naranja e incluso azul. La ciencia conoce más de 2.000 especies de luciérnagas, cada una con su propio patrón de destellos y órganos luminosos de formas diferentes.

En la novela La nueva revolución humana, Daisaku Ikeda escribió acerca de dos especies de luciérnagas típicas de Japón llamadas Genji y Heike, debido a dos clanes guerreros japoneses rivales del período Heian (794-1185). Los ejemplares Genjibotaru son Luciola cruciata y Heikebotaru, Luciola lateralis. La observación de luciérnagas constituía el pasatiempo favorito en el país durante el período Heian.

Observando los brillantes destellos emitidos por las luciérnagas en las Escuelas Soka de Kansai, Ikeda compuso los siguientes poemas waka, tradicionales de la cultura japonesa:

Luciérnagas titilantes,
Genji y Heike
vuelan juntos.

La antigua era Heian
parece centellear
en la luz de las luciérnagas.

Garbosas joyas
revoloteando por los cielos
sobre el Estanque Luciérnaga.

Las luciérnagas Genji
brillan tenuemente en los árboles.
Intenso regreso a la dinastía Heian.

Fuentes:
https://www.nationalgeographic.es/animales/2023/06/luciernagas-estan-desapareciendo-tu-puedes-ayudar
https://www.nationalgeographic.es/animales/2019/05/como-funciona-la-bioluminiscencia-en-la-naturaleza
IKEDA, Daisaku: La nueva revolución humana, Buenos Aires: Azul Índigo, 2018, vol. 17.