Humanismo Soka
Queridas miembros del Departamento Femenino de la SGI de la Argentina, con quienes compartimos profundos lazos kármicos:
¡Sinceras felicitaciones por esta reunión que conmemora el septuagésimo aniversario de su agrupación!
Estamos al tanto de las actividades que están desarrollando, atesorando los vínculos que las unen a los demás y redoblando sus esfuerzos para brindar aliento.
A una de sus discípulas que afrontaba amargas dificultades, Nichiren Daishonin escribe: «Cuando uno sacude la cabeza, la cabellera se mueve; cuando la mente se pone en acción, el cuerpo entra en movimiento. Cuando sopla un huracán, los árboles y la hierba se estremecen; cuando tiembla la tierra, los mares se agitan. De tal manera, si uno puede mover al buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, ¿podrían no responder los árboles y la hierba? ¿Podrían quedar inmóviles las aguas?».[1]
La Ley Mística es el principio supremo que pone en movimiento todas las funciones de la vida y el universo. No hay nada más noble y poderoso que las mujeres que abrazan la fe en esta Ley prodigiosa.
Por eso es de vital importancia que persistamos en nuestra práctica y continuemos entonando Nam-myoho-renge-kyo con la firme determinación de transformar cada situación que se nos presente.
Esas voces que transmiten la sublime enseñanza correcta llegarán sin falta a todos los seres en cualquier rincón del orbe. Es imposible que las deidades celestiales y benevolentes, así como los budas y bodisatvas de las diez direcciones y de las tres existencias del pasado, presente y futuro no brinden su protección a las personas de profunda fe. Con total certeza, saldremos victoriosos ante cada circunstancia adversa.
Les pido que, pase lo que pase, sigan avanzando con bravura sin límites, con el rugido del daimoku y armadas de esta invariable convicción. Y continúen escribiendo el «registro diario» de triunfos en su existencia y en el ámbito del kosen-rufu, mientras se dedican con sabiduría y entusiasmo a crear lazos de vida que generen inmensa felicidad.
Aunque la distancia nos separe, Kaneko y yo estaremos siempre junto a ustedes, unidos por un mismo corazón.
Seguiremos orando para que cada una de nuestras preciadas compañeras de fe, sus familiares y sus seres queridos gocen de salud, bienestar e infinita dicha.
10 de Junio de 2021
Kaneko y Daisaku Ikeda
CITAS:
[1] The Writings of Nichiren Daishonin, Tokio: Soka Gakkai, 2006, vol. 2, pág. 811.