En un contexto internacional donde las diferencias ideológicas, étnicas y religiosas aún son motivo de enfrentamientos en diversas partes del mundo, ambos líderes religiosos de Oriente y Occidente se reunieron para fomentar el diálogo y el intercambio para concretar la paz global.

El Papa Francisco, el 266.° y actual Papa de la Iglesia Católica Romana desde 2013, celebró el 10.° aniversario de su asunción el año pasado. Nacido en Argentina, es el primer Papa oriundo de Latinoamérica. Ha venido proclamándose públicamente por la resolución de conflictos armados, las crisis ambientales y a favor del diálogo interreligioso, manifestando su compromiso con una reforma de la Iglesia. En 2019 se convirtió en el primer papa de la historia en visitar la península arábiga, y en el mismo año visitó Japón por primera vez en 38 años, donde recorrió las ciudades de Hiroshima y Nagasaki que fueron víctimas de las bombas atómicas durante la Segunda Guerra Mundial.

El año pasado con motivo del fallecimiento del maestro Daisaku Ikeda, el Papa envió un sentido mensaje de condolencias a la SGI de Italia. En su mensaje expresó: «Recuerdo con gratitud la labor que el maestro Ikeda llevó a cabo durante su extensa vida, especialmente su dedicación a la paz y la promoción del diálogo interreligioso».

El encuentro entre el presidente Harada y el Papa Francisco, tuvo lugar en el Palacio Apostólico de la Ciudad del Vaticano, en Roma, Italia. Al comenzar la conferencia de prensa, el presidente Harada manifestó su agradecimiento por la oportunidad de realizar este encuentro, y mientras estrechaban manos con el Papa, este respondió: «He estado esperando este encuentro desde hace tiempo». A su vez, Harada agregó: «En estos tiempos turbulentos, como religión que busca la paz, tengo la esperanza de que podremos superar nuestras diferencias y actuar conjuntamente basados en el amor por la humanidad». Seguidamente, le expresó la gratitud de la familia Ikeda por su sincero mensaje de condolencias enviado el pasado mes de noviembre.

Harada afirmó: «Me gustaría que podamos caminar juntos por el sendero de la felicidad de la humanidad y la paz del mundo», y el Papa, al respecto del complejo contexto global, enfatizó: «La guerra representa la derrota de la humanidad y debe ser erradicada por todos los medios».

El presidente Harada, expresó que gracias a los incansables esfuerzos del maestro Ikeda, la Soka Gakkai ha venido trabajando para abolir las armas nucleares desde hace más de medio siglo, desarrollando actividades en conjunto con ICAN (Campaña para la Abolición de las Armas Nucleares), como así también mediante las Propuestas de Paz enviadas cada año por Ikeda a las Naciones Unidas, entre ellas la que recientemente plantea el principio de «no ser el primero en usar armas nucleares». El Papa, luego de expresarse rotundamente en contra de estos armamentos, elogió los esfuerzos de la SGI en pos del desarme.

El maestro Ikeda, en el inicio de su novela La Revolución Humana, escribió: «No hay nada más inhumano que la guerra. Nada es más trágico». El amplio movimiento por la paz de la SGI está basado en este espíritu.

El intercambio, que se extendió por unos 30 minutos, estuvo marcado por el compromiso conjunto de trabajar seriamente por un futuro de paz para las futuras generaciones. 　

Luego, el presidente Harada, acompañado por la coordinadora del Departamento Femenino de la SGI Nagaishi y el Director General Terasaki, mantuvieron un encuentro con el Cardenal Mauro Gambetti. Como presidente de la Fundación Fratelli Tutti, establecida en 2021, el Cardenal se dedica a promover el arte y el diálogo entre diversos grupos étnicos, culturas y religiones.

El presidente Harada, comentó que el maestro Ikeda, en su compromiso con el diálogo interreligioso y la paz global, había planeado encontrarse con el papa de la Iglesia Católica en 1975, no obstante ese encuentro no llegó a concretarse debido a las actitudes dogmáticas del clero de la Nichiren Shoshu y afirmó que ese día se trataba de un encuentro histórico del cual el maestro Ikeda sin dudas estaría muy feliz.

Asimismo, Harada introdujo la idea de la «dignidad de la vida» y desarrolló el principio de Sakuraume Touji, que plantea el ilimitado potencial inherente al ser humano y el supremo respeto por su individualidad. Afirmó que este espíritu es común en ambos pensamientos filosóficos y expresó su deseo de trabajar juntos por la paz.

El cardenal expresó que, a su parecer, existe un profundo amor por la humanidad en la sociedad. Señaló que los seres humanos deberían trascender la búsqueda de poder político y económico para hacer surgir la «belleza» del espíritu humano que es inherente a todos los individuos

Luego compartió los tres pilares en que se basa la Fundación: el «diálogo», la «educación», y el «arte», expresando su voluntad de cooperar en futuros intercambios culturales y educativos con la Soka Gakkai para promover el diálogo interreligioso.

«La Paz es un escenario enérgico y vital para la actividad humana, conquistado mediante la propia decisión y el esfuerzo volitivo del ser humano. [...] debemos trascender el excesivo apego a las diferencias, profundamente arraigado en el psiquismo individual. Y emprender un diálogo basado en el factor común que es nuestra pertenencia al género humano».

Daisaku Ikeda, Propuesta de paz (2000) «La paz por medio del diálogo: es tiempo de conversar».