Menú

Ganar en el escenario del trabajo

Ganar en el escenario del trabajo

Ganar en el escenario del trabajo

Humanismo Soka

sábado, 1 de junio de 2024

sábado, 1 de junio de 2024

¿Cuál es la perspectiva que tiene el budismo sobre el trabajo? Uno de los aspectos más importantes de la filosofía budista es que practicamos la fe para triunfar en la vida cotidiana y en la sociedad. Ganarnos la confianza de quienes nos rodean y demostrar la prueba de la victoria en nuestra profesión conducen directamente al triunfo en la vida cotidiana.

¿Cuál es la perspectiva que tiene el budismo sobre el trabajo? Uno de los aspectos más importantes de la filosofía budista es que practicamos la fe para triunfar en la vida cotidiana y en la sociedad. Ganarnos la confianza de quienes nos rodean y demostrar la prueba de la victoria en nuestra profesión conducen directamente al triunfo en la vida cotidiana.

¿Cuál es la perspectiva que tiene el budismo sobre el trabajo? Uno de los aspectos más importantes de la filosofía budista es que practicamos la fe para triunfar en la vida cotidiana y en la sociedad. Ganarnos la confianza de quienes nos rodean y demostrar la prueba de la victoria en nuestra profesión conducen directamente al triunfo en la vida cotidiana.

Lunes 6 de junio de 1949. Nublado.
Me siento extenuado. Cada día se me suman nuevas responsabilidades. Juventud envuelta en la tormenta: profunda, remota, misteriosa. Valientes árboles jóvenes que resisten la tempestad. Hay un movimiento incontenible en la vida que, aun vapuleada por el viento y empapada por la lluvia, no olvida la belleza remota e intemporal. ¡Joven en plena tempestad! Avanza y no olvides que pronto saldrá el sol. Ha estado nublado desde la mañana. El jefe de contaduría nos advirtió que debíamos llegar más temprano para poner el trabajo al día. [...] Es evidente la brecha que hay entre los gerentes y los empleados. Espero que, algún día, los trabajadores de todas las empresas puedan trabajar juntos disfrutando de una relación de confianza mutua. ¡No, no es cuestión de esperar! Debemos crear esa época, con nuestras propias manos. Tres ramas del Sindicato de Trabajadores Ferroviarios fueron a la huelga, en Meguro, Hiroo y Yanagishima. Son días de violencia incesante. Oro y oro —es lo único que puedo hacer— para que podamos lograr el kosen-rufu, aunque sea un día más pronto. Me quedé trabajando en la oficina hasta las diez menos veinte. Ya todos se habían retirado, así que me quedé solo. Me hace feliz trabajar intensamente, aunque nadie repare en lo que hago. Volví a casa a las once y veinte. ¡Qué lejos vivo! Comí un tazón de fideos antes de acostarme.

Daisaku Ikeda (Crónicas de un ideal, págs. 23-24)

Dar nuestro mejor esfuerzo cada día

El budismo del Daishonin no es una filosofía que trate de escapar a un mundo ideal, ni a una época distinta. Por el contrario, nos permite desarrollarnos en cada ámbito en el que nos encontramos, creando el máximo valor posible. Desde esta perspectiva, nos exhorta a considerar el trabajo como una oportunidad para el crecimiento personal, ya que nos brinda la posibilidad de  hacer la revolución humana y expandir así nuestro estado de vida. El segundo presidente de la Soka Gakkai, Josei Toda, solía alentar a los jóvenes: «En la fe, hacer el esfuerzo de uno; en el trabajo, el esfuerzo de tres». En tal sentido, el maestro Ikeda expresa que es esencial llevar una vida disciplinada, equilibrada, entonar daimoku y gongyo para renovarnos y revitalizaros, y luego, rebosantes de energía, participar activamente en nuestro lugar de trabajo y en la comunidad. En este sentido, afirmó: «Si deciden esforzarse como tres personas juntas, obtendrán la fuerza motriz para desarrollarse y para mejorar, tanto en su lugar de trabajo como en la comunidad donde viven. La fe es el recurso que les permitirá actuar así. [...] Empiecen por el daimoku, y luego esfuércense en forma coherente con su oración. A eso se refiere la expresión “la fe se manifiesta en la vida cotidiana”».[1]

Mi trabajo = mi ambiente

En ocasiones, el entorno laboral suele parecerse más al escenario de una intensa contienda. Podemos sentirnos desbordados, tener dificultades en el vínculo con nuestros compañeros, o incluso, ser nosotros mismos quienes reaccionamos negativamente, sin darnos cuenta. Sin embargo, por otra parte también es un ámbito donde ponemos a prueba nuestras capacidades, aprendemos y generamos un gran crecimiento personal. La clave se encuentra en nuestra determinación a cada momento. Desde el punto de vista de la filosofía budista, el principio de la «inseparabilidad del sujeto y su ambiente» (en japonés esho-funi) expresa que ambos constituyen una entidad única e inseparable. Cuando nos basamos en este principio somos capaces de asumir la plena responsabilidad de nuestra vida y transformar positivamente la situación en la que nos encontramos. Si nosotros cambiamos, nuestras circunstancias inevitablemente también darán un vuelco. Al respecto, el maestro Ikeda alienta: «Es importante que conviertan el sitio donde hoy están trabajando en un ámbito de desarrollo personal. Cuando comiencen un empleo, no traten de abandonar ante la primera cosa que no les guste; no tengan siempre una queja a flor de labios, ni se cuestionen su propia capacidad todo el tiempo».[2] Y agrega: «“El oro, expuesto al fuego, adquiere su punto de pureza”[3], todos los esfuerzos que hagamos en esta época se convertirán en nuestro más grande tesoro. Cuando enfrentamos la adversidad y superamos los obstáculos, nuestra vida adquiere un brillo fulgurante como el de una espada alhajada o como el del oro puro. La única forma es entonar daimoku seriamente, esforzarnos, e ir superando un escollo tras otro, con perseverancia. Finalmente, podemos transformar cualquier situación en algo positivo».[4]

La creación de valor

En una oportunidad, el maestro Toda se refirió al significado del trabajo a partir de la «teoría del valor» desarrollada por su mentor, Tsunesaburo Makiguchi, presidente fundador de la Soka Gakkai. Allí, remarcaba que un trabajo ideal es aquel que está basado en los valores de: Belleza, Beneficio y Bien. Si aplicamos este pensamiento, el equivalente a la «belleza» sería encontrar un trabajo que disfrutemos; el «beneficio», a tener un empleo con seguridad económica; y el «bien» se refiere a que nos permita contribuir a la comunidad y la paz. El desafío de nuestra práctica budista es justamente concretar el ámbito de trabajo que nos permita desarrollarnos partiendo del lugar en el que nos encontramos en este preciso momento. No obstante, por momentos esto puede parecer inalcanzable. El maestro Ikeda, alienta a los jóvenes que se desafían en tales circunstancias de la siguiente manera: «En cada etapa de la vida, uno tiene que poner lo mejor de sí mismo y esforzarse al máximo. Esta continuidad de empeño y esmero, de consagración total, va allanando el camino hacia el trabajo ideal, que reúne todas las condiciones para crear valor: el que nos brinde placer, estabilidad económica y que nos permita contribuir a la comunidad donde vivimos».[9] A su vez, afirma: «Aunque vivimos en una época difícil y compleja, por favor no se dejen abatir ni derrotar. Sean pacientes y perseveren, echando sólidas raíces y creando la causa para que surjan circunstancias más afortunadas en el futuro. La fe consiste en echar raíces de felicidad en el suelo de nuestra realidad actual. [...] Sé que muchos de nuestros jóvenes están librando una dura contienda para conseguir trabajo. Les pido que no se rindan y que sigan perseverando con lo mejor de sí mismos».[5]

Brillar en cada desafío

En su novela La nueva revolución humana, el maestro Ikeda narra la historia de una integrante del Departamento Juvenil que trabajaba en una galería de arte. Al principio, su tarea era simplemente recibir a los visitantes que llegaban. Pero tener que permanecer de pie durante horas, todos los días, se convirtió en un sufrimiento. Se preguntaba: «¿Qué significa sobresalir en el trabajo, si mi labor es simplemente estar todo el día de pie?» Reflexionó sobre esta cuestión mientras entonaba daimoku y tomó la decisión de convertirse en alguien capaz de demostrar la prueba real de la victoria en su ámbito laboral.

Entonces pensó: «Estar de pie es algo que cualquiera puede hacer. Pero mi trabajo es justamente eso. Entonces, debo convertirme en una profesional en el arte de permanecer de pie». Buscó la mejor postura y trató de perfeccionar la técnica. Al encontrarle sentido incluso a la tarea aparentemente más monótona y aburrida, comenzó a crear valor: «El lugar donde me desenvuelvo es mi centro de capacitación y allí me puliré como persona. Incluso si mi tarea consiste simplemente en servir el té o ayudar a otros, jamás creceré si la veo solo como algo temporal. Todo trabajo es indispensable e importante. Para tener dominio en cualquier labor necesito esfuerzo, creatividad e ingenio. Si mi tarea consiste en preparar el té, seré una profesional en la materia. Si es hacer copias, me destacaré en ese ámbito. Preparar incluso una sola copia revela la actitud de una persona y refleja su grado de sinceridad. Eso significa que esforzarse al máximo en sacar incluso una simple copia es una forma de contribuir al kosen-rufu. Cualquiera sea mi posición, me desafiaré para sobresalir en lo que hago».[6] Luego de algunos años, gracias a este sincero esfuerzo, adquirió la capacidad de observar la calidad de diversas obras de arte y fue promovida a nuevas posiciones con mayor responsabilidad dentro de la galería.

Conclusión

Daisaku Ikeda expresó: «Todos tenemos una misión única e irrepetible, que solo nosotros podemos cumplir. Pero esto no significa que nos quedemos de brazos cruzados esperando a que alguien venga y nos diga cuál es. Por el contrario, la misión es algo que uno debe descubrir por sí mismo. En principio, las piedras preciosas yacen bajo tierra. Si nadie hace el esfuerzo de extraerlas, quedarán eternamente ocultas bajo las capas de roca. Pero vayamos más lejos aún. Tampoco basta con extraerlas, pues para que valgan de verdad deben ser pulidas y talladas con esmero».[7] 

Basados en este aliento, emprendamos un desafío renovado en cada ámbito de nuestra vida cotidiana, concretando nuevas victorias con miras al mes de julio, aniversario de los Departamentos Juveniles.

CITAS
1 IKEDA, Daisaku: Conversaciones sobre la juventud: ¿Cuál es el significado del trabajo?, publicado el 11 de diciembre de 1996 en el periódico Koko Shimpo, publicación quincenal de Mirai Hombu en Japón.
2 END, pág. 521.
3 IKEDA, Daisaku: Los jóvenes y los escritos del Daishonin: El trabajo y la fe - Parte 2, publicado el 18 de febrero de 2010 en el Diario Seikyo, periódico de la Soka Gakkai.
4 IKEDA, Daisaku: Conversaciones sobre la juventud: ¿Cuál es el significado del trabajo?, publicado el 11 de diciembre de 1996 en el periódico Koko Shimpo, publicación quincenal de Mirai Hombu en Japón.
5 IKEDA, Daisaku: Los jóvenes y los escritos del Daishonin: El trabajo y la fe - Parte 2, publicado el 18 de febrero de 2010 en el Diario Seikyo, periódico de la Soka Gakkai.
6 IKEDA, Daisaku: La nueva revolución humana, Buenos Aires: Azul Índigo, 2023, vol. 24, pág. 235.
7 IKEDA, Daisaku: Conversaciones sobre la juventud: ¿Cuál es el significado del trabajo?, publicado el 11 de diciembre de 1996 en el periódico Koko Shimpo, publicación quincenal de Mirai Hombu en Japón.

© Humanismo Soka - 2024

© Humanismo Soka - 2024

© Humanismo Soka - 2024