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La paz: ¿utopía o realidad? Concepto del kosen-rufu

La paz: ¿utopía o realidad? Concepto del kosen-rufu

La paz: ¿utopía o realidad? Concepto del kosen-rufu

Humanismo Soka

jueves, 27 de junio de 2024

jueves, 27 de junio de 2024

Todos deseamos la paz, pero hablar de ella y construirla no es tan sencillo. Cuando pedimos a alguien que pueda definirla, su primera respuesta suele ser que la paz es la ausencia o el fin de la guerra. ¿Es suficiente esta respuesta? ¿Puede ser la paz algo más que la negación de la guerra? Y, si es así, ¿qué es entonces la paz?

Todos deseamos la paz, pero hablar de ella y construirla no es tan sencillo. Cuando pedimos a alguien que pueda definirla, su primera respuesta suele ser que la paz es la ausencia o el fin de la guerra. ¿Es suficiente esta respuesta? ¿Puede ser la paz algo más que la negación de la guerra? Y, si es así, ¿qué es entonces la paz?

Todos deseamos la paz, pero hablar de ella y construirla no es tan sencillo. Cuando pedimos a alguien que pueda definirla, su primera respuesta suele ser que la paz es la ausencia o el fin de la guerra. ¿Es suficiente esta respuesta? ¿Puede ser la paz algo más que la negación de la guerra? Y, si es así, ¿qué es entonces la paz?

Kosen-rufu:

La Carta de la Soka Gakkai expresa en su preámbulo que el objetivo de dicha organización es «promover la paz, la cultura y la educación, con base en la filosofía de respeto a la dignidad de la vida proclamada por el budismo». ¿Sin embargo a qué nos estamos refiriendo con la expresión «paz»? La respuesta a este interrogante se halla en las bases mismas de la filosofía budista expuesta por Nichiren Daishonin, a partir del concepto de kosen-rufu.

El singificado de la expresión «kosen-rufu»

El propósito del budismo de Nichiren es permitir que cada persona pueda desplegar en su propia vida el estado de vida de la Budeidad. En el Sutra del loto, el buda Shakyamuni se dirige a sus discípulos con estas palabras: «Después de que yo haya pasado a la extinción, en el último período de quinientos años, debes propagarlo en todas partes ampliamente, en todo Jambudvipa, y jamás dejar que se extinga…».

La frase «propagación amplia y universal» es la traducción de los ideogramas chinos que, en japonés, se pronuncian «kosen-rufu». Este pasaje expresa el anhelo del buda de propagar la Ley Mística ampliamente en todo el mundo, para hacer realidad la paz y la prosperidad de la sociedad.

El maestro Ikeda expresa:
«El punto crucial es que la enseñanza de la Ley Mística (Nam-myoho-renge-kyo) permite a todas las personas lograr la iluminación, sean cuales fueren sus diferencias. Ofrece una forma de construir la paz y la felicidad –anhelo universal de todo el género humano– por encima de las diferencias étnicas y culturales [...] La sabiduría del budismo de Nichiren nos hace tomar conciencia de la dignidad suprema que hay en todas las personas, cualquiera sea su país de origen o su idioma, y nos brinda el poder para ayudar a todos a ser felices, sin excepción. En esta filosofía brilla la luz de una religión universal, capaz de crear una genuina cultura de paz».

El espíritu del Rissho Ankoku Ron

Como heredero de este espíritu, Nichiren Daishonin tenía la firme convicción de que si más y más personas abrazaran la filosofía humanística del budismo, más rápidamente se podría construir un mundo de paz. Por tal motivo, se dedicó sin reservas a que la sociedad de su tiempo pueda tomar conciencia de estos principios. Para explicar la forma en que el budismo puede generar esa transformación esencial, desde la base misma de la sociedad, escribió el tratado titulado «Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra» –en japonés, Rissho Ankoku Ron–.

«Rissho» significa «Establecer la enseñanza correcta»; es decir, propagar la Ley de Nam-myoho-renge-kyo e inculcar en el corazón de las personas principios filosóficos como la dignidad de la vida y el respeto por los seres humanos, con el espíritu de «establecer la paz en la tierra» (Ankoku).

Esta última expresión significa definir la dirección de la sociedad siguiendo estos valores, y orientar todos los esfuerzos que hacemos en el plano político, económico, cultural, educativo y demás actividades de manera tal que ofrezcan dicha, prosperidad y paz a la gente. En uno de los pasajes más conocidos de este escrito, leemos: «Si a usted le importa su seguridad personal, debe ante todo orar por el orden y la tranquilidad en los cuatro sectores del territorio, ¿no lo cree así?».

En su novela «La nueva revolución humana» el maestro Ikeda expresa el significado de esta obra:

«Los diferentes sistemas e instituciones sociales son importantes, pero más importante aún es el corazón o la mentalidad de la gente que toma sus riendas. Por más perfecto que pueda ser un sistema, siempre existe la posibilidad de que las personas abusen de él o lo reduzcan a una mera formalidad. Todo depende de si podemos establecer una filosofía de vida que enseñe que la existencia de todos los seres humanos tanto la del pueblo como la de los gobernantes es igualmente noble y digna de respeto, si podemos hacer que el amor compasivo tenga un lugar primordial en nuestra manera de vivir; si podemos sentir empatía hacia los demás y preocuparnos por aliviar sus sufrimientos; así como superar nuestro egoísmo y codicia insaciables».

La vida se manifiesta en nuestro entorno

De acuerdo con el principio budista de la unidad de la vida y su entorno, la desarmonía en el corazón y en la mente de las personas y el desorden en la sociedad son inseparables. Esta enseñanza explica que el universo es esencialmente una única entidad viviente, y que los seres humanos y el mundo natural, que incluye nuestro ambiente físico, son mutuamente dependientes y están relacionados entre sí.

Nichiren expresa: «Si el corazón de las personas es impuro, su tierra también lo es, pero que si su corazón es puro, igualmente puro es el sitio en que viven».

El mensaje del Rissho Ankoku Ron es que cada uno de nosotros debe hacer su propia revolución personal, basada en el principio filosófico del humanismo budista, y convertirse, así, en actor clave de la prosperidad social y de la paz, en el lugar donde cada uno vive, comenzando por nuestro entorno más inmediato. Como expresó el maestro Josei Toda: «No basta, sencillamente, con transformar nuestros sistemas sociales o políticos. La raíz yace en la gente; somos los seres humanos los que debemos cambiar. El pueblo debe fortalecerse y ser más sabio. Los habitantes del mundo deben vincularse y unirse de corazón a corazón».

Hacer realidad el kosen-rufu

La Soka Gakkai ha heredado y perpetuado el corazón del buda Nichiren Daishonin y difunde la Ley Mística tal como él enseñó en sus escritos. Hoy, a través de sus actividades, se esfuerza para contribuir a resolver problemas globales en las áreas de la paz, la cultura, la educación y los derechos humanos, basada en los principios e ideales del budismo de Nichiren. Estas iniciativas también concuerdan de manera directa con la visión de «establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra», expresada por el Daishonin.

Como señaló el maestro Ikeda: «La preparación para la paz implica que cada persona tome conciencia de la importancia de la paz genuina y establezca en su fuero interno una gran filosofía de respeto a la dignidad de la vida humana. El compromiso invariable de la Soka Gakkai con la paz, esencialmente, nos lleva a ampliar cada vez más nuestra red de paz, cultura y educación basada en los principios del budismo de Nichiren [...] La paz de la tierra comienza por establecer una enseñanza correcta que guíe a las personas a valorar la vida. Todo se resume en las personas».

© Humanismo Soka - 2024

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