Sobre la película

Podríamos decir que Todo en todas partes al mismo tiempo, dirigida por  Dan Kwan y Daniel Scheinert (A24) en 2022, es una película surrealista, esto es: que busca trascender los límites de la realidad al explorar lo onírico, subconsciente o irracional. Esto le permite desarrollar una trama que juega con muchos aspectos humorísticos y a la vez emocionantes, combinando la acción, comedia y drama para explorar el sentido de la vida y las conexiones humanas.

Evelyn Wang, una mujer inmigrante china en Estados Unidos, lucha por mantener su lavandería, su matrimonio y su relación con su hija mientras enfrenta una auditoría fiscal. Sin embargo, su monótona vida da un giro inesperado cuando descubre que es la clave para salvar el multiverso.

Evelyn es reclutada por una versión alternativa de su esposo, Waymond, quien le revela que hay infinitos universos, cada uno representando decisiones diferentes que pudo haber tomado. Una fuerza destructiva liderada por Jobu Tupaki, una versión de su propia hija, amenaza con destruir todos los universos, y Evelyn debe aprender a conectar con las habilidades de sus versiones alternativas para detenerla.

A medida que viaja por estas realidades paralelas, Evelyn experimenta vidas que pudo haber llevado: desde una famosa actriz hasta una chef o incluso una roca en un universo vacío. En el proceso, enfrenta sus propios arrepentimientos, miedos y debilidades.

La película equilibra el caos visual y narrativo con momentos profundamente emotivos. En última instancia, Evelyn aprende que la clave para enfrentar la desesperación del caos cósmico es aceptar la simplicidad del amor, especialmente hacia su hija Joy, quien busca desesperadamente conexión en un mundo que parece carecer de sentido.

Con una narrativa innovadora y un estilo visual impactante, la película explora cómo las ilimitadas posibilidades de la vida están contenidas en cada momento, y cómo en una sola vida, desde el interior, se puede decidir crear algo mejor. 

Todo depende de nuestra determinación interna

Esta historia puede vincularse con el principio budista de ichinen sanzen o «tres mil aspectos contenidos en cada instante vital». El maestro Ikeda lo explica de la siguiente manera: «Nuestra intención profunda es lo que determina todas las cosas. Nuestra mente decide cómo responder a las cosas según la manera en que las percibe; la mente, a su vez, condiciona la voluntad a cada instante, a cada momento. Por eso, un cambio en la percepción determina resultados muy distintos. Esta es la esencia de la fe en la Ley Mística, y el principio de los “tres mil aspectos contenidos en cada instante vital”. Nuestra verdadera capacidad humana queda definida por lo que generan nuestra mente y nuestro corazón». 

Como se explica en el capítulo “El potencial ilimitado de la vida” del libro Develando los misterios del nacimiento y la muerte del maestro Ikeda, los tres mil aspectos indican los aspectos y fases variables que la vida adopta a cada momento. El budismo explica que existen diez estados de vida (infierno, hambre, animalidad, ira, humanidad, éxtasis, aprendizaje, comprensión intuitiva, Bodisatva y Budeidad) que a cada momento se manifiestan.

A su vez, cada uno de estos estados posee en sí mismo el potencial de los otros nueve, por lo que existe un total de cien estados posibles. Es decir, desde el estado de infierno también puede manifestarse, por ejemplo, el estado de Budeidad, y así sucede con cada uno. A la vez, existen los llamados “diez factores”, que cada estado de la vida posee, que son: apariencia, naturaleza, entidad, poder, influencia, causa interna, relación, efecto latente, efecto manifiesto y coherencia de principio a fin.

Cada uno de estos factores contenidos en cada estado opera a través de tres principios de individualización: el principio de los cinco componentes (analiza la naturaleza de cada entidad viviente observando cómo reacciona su entorno), el principio de los seres vivos (explica el ser vivo individualizado, formado por la unión temporal de los cinco componentes, que manifiesta o experimenta cualquiera de los diez estados, como también el conjunto de individuos que interactúan entre sí) y el principio del ambiente (lugar o tierra donde habitan los seres y donde llevan a cabo sus actividades vitales). Es así como se obtiene la cifra de los tres mil aspectos.

Triunfar desde nuestro propio “ichinen”

En la película, se busca representar un, literalmente, multiverso de posibilidades. Pero lo destacable quizás sea que, sin importar lo ilimitado inabarcable de todo lo que podría ser o suceder, el foco está puesto en el ser humano y su capacidad de crear valor positivo en el instante en el que se encuentra. A partir de la determinación interna de la protagonista, el esfuerzo por convertir el “veneno en medicina”, como expresa el budismo, permite hacer de las dificultades un trampolín para mejorar la vida de los personajes y, en este caso, se pone en juego si se salvará este y todos los mundos.

Al respecto de la doctrina de los tres mil aspectos, el maestro Ikeda expresó:

«Todos nosotros podemos ser budas sin necesidad de abandonar nuestra identidad, tal como somos en esta existencia. La vida de una persona común puede manifestar la Budeidad al instante.

Cuando cambia nuestra actitud interior, también lo hace el mundo que nos rodea. El Sutra del loto lo expresa aludiendo a las «funciones prodigiosas de la mente» y diciendo que «el corazón humano excede la comprensión». 

Nuestro corazón, la mente más recóndita y profunda, es algo inmenso, dinámico e inaprehensible. El gran maestro T’ien-t’ai, tras explorar y analizar en su obra Gran concentración e introspección este corazón humano que excede el entendimiento, formuló su dinámica en el principio de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital. 

Todos los fenómenos de los tres mil aspectos —es decir, todo lo que existe en el universo— están contenidos en un solo instante vital, en esa disposición espiritual profunda que anima a los seres humanos a cada momento. De la misma manera, un solo instante vital impregna los tres mil aspectos. 

Cuando cambia nuestro estado interior, cambiamos las cosas. O mejor dicho, nos transformamos y transformamos el mundo a través de cambiar la disposición profunda de nuestro corazón. Así es el budismo de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital. 

Todo queda definido por la dirección en que se orienta nuestra «determinación seria y sincera». Cuando enfocamos esa «determinación» en nuestra práctica budista, cuando creemos en la Ley Mística que permite a todas las personas lograr la iluminación y practicamos esa Ley, se revela nuestra Budeidad inherente y permea tanto nuestra vida como el ámbito donde vivimos». [2]

Si te interesó el principio de ichinen sanzen, podés leer más en el libro “Develando los misterios del nacimiento y la muerte”. ¡Accedé al siguiente enlace para conseguirlo!

https://www.sgiar.org.ar/libreriasoka/pages/detail/?idLibro=7

[CITAS]
[1] IKEDA, Daisaku. Develando los misterios del nacimiento y la muerte. Azul índigo. 2006.
[2] IKEDA, Daisaku.  APRENDAMOS DE LOS ESCRITOS DE NICHIREN DAISHONIN: LAS ENSEÑANZAS PARA LOGRAR LA VICTORIA. La ofrenda de arroz. 2015